martes, 21 de abril de 2015

EDUCAR EN RESILIENCIA

Todos y todas conocemos más o menos que es la resiliencia. He de confesar que mi madre me ha educado en resilencia desde que me ampara mi memoria. Mis padres nos educaron lo mejor que pudieron a sus cinco hijos. Mi madre vive, pero mi padre se quedó en el camino con 57 años. Todos mis recuerdos vienen de la mano del esfuerzo, la educación de la voluntad, la constancia y la perseverancia para conseguir las cosas y con algo que llamaba mi madre , el resuello, la asadura o las agallas. Entendí no hace mucho que eso que tanto repetía mi madre era la resistencia a la contrariedad, la fuerza interior ante las dificultades, resiliencia. Yo tuve un ángel de la guardía cuando tenía 10 años. Mi angel de la guardia fue una maestra, a la que nunca olvidaré:Dª Gerarda Romero. Ella me educo en resiliencia. Me puso de cara a mi realidad, me enfrentó a mí misma, me ayudó a reconocerme, a valorarme por lo que era y por lo que podía llegar a ser, confió en mi, sacó lo mejor de mí y me ayudó a mejorar mis conductas impulsivas y a canalizar mi ira y mi energía en un momento crucial. Me enseñó que ante las dificultades hay que sacar la mayor de las energías. Que las energías están muy dentro de nosotros y que tenemos que aprender a sacarlas a la superficie. No sé si fue TDAH simple, combinada, completa. No sé si era hiperactiva, inatenta, impulsiva. Me aceptaron como era. Me enseñaron a vivir y me motivaron para aprender toda la vida y sobre todo a sacar fuerzas para vivir tal y como se presente la vida.

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